martes, 30 de diciembre de 2008

el regalo de este año

Siento su presencia, me aferro a mis pensamientos que le dan rienda suelta a mi fantasía, él está yo lo siento. Nunca antes me pasó tan profundamente como ahora, nunca. Es una sensación extraña, nueva. Caí en la cuenta de la soledad, de que al final estamos solos contando con nada más que nosotros mismos, que lo demás es un regalo casi inédito, casi volatil, un vehiculo para transitar. Aferrarse a esas sensaciones de felicidad es abrazar la vida y sentir que esperamos seguir viviendo y no dejar de hacerlo en cualquier momento. Lo siento, lo escucho, lo pienso, está. Por momentos visualizo mi día, mi vida y me transmuto a ser él y me preguntó el porqué y para que de eso que está sucediendo. No hay presión, no hay enseñanza, está la vida y es tan maravillosa que enseña sin poner palabras. Te sacude, te excita, te voltea, te mata, te da vida, te ama. Todo los días rescato algo por más absurdo que sea, es un ejercicio que me enseñaste sin palabras, sin explicaciones, sin nada. La fuerza de Dios es algo que me llevo de este año, lo más fuerte que me dejó de por vida y al final puedo decir que ya no me siento tan sola.